viernes, 16 de diciembre de 2011

Candombe de la libertad



"Saben mis ancestros que me voy
oyen mi silencio donde estoy
detrás de la puerta que se cierra
soplan tierras de opresión
por eso saben mis ancestros que me voy.

Oigo las monedas tintinear
y a los mercaderes celebrar
saqué mis huesos de la hoguera
y a mi suerte de este azar
siete tambores en la noche de altamar.

Va mi voz a cantar la canción de la libertad.

Sangra la madera del tambor
bajo el latigazo del señor
pero me trajo el gramillero
su galera y su bastón
para que siempre me acompañe el milongón.

Saben mis ancestros que me voy
borrarán mis huellas bajo el sol
abriendo el viento del camino
antes que el blanco en su ambición
le ponga precio a mi cabeza y corazón.

Va mi voz a cantar la canción de la libertad"

(Disco: Pobres poderosos. Tabaré Cardozo)


Cumplimos 200 años
Llevamos 200 años cohabitando
Cierto, el origen fue obligado, esclavo y sangriento
Soy indio, soy negro, soy blanco.
Nacimos mestizos
y en nuestras manos está no seguir reproduciendo
una separación que no existe.
Empecemos por nuestros hijos,
la discriminación se educa, se transmite.
¿Y si enseñamos celebrando nuestra diferencia
en igualdad de oportunidades?
¿Y si en vez de cohabitar, convivimos?
de Méjico al Cono Sur, no nos creamos indemnes.

El candombe sigue cantando, nos lo pide a gritos.

jueves, 16 de diciembre de 2010

de paso hacia un lugar...



Hace unos días, sin quererlo,
me vi participando en una conversación
a través de una red social
con coterráneos que ni conocía
y me tocó escuchar, leer perdón,
sin que me quejara de mi situación
sino simplemente buscando matizar
la situación actual de los que vivimos al este del Atlántico.

A raíz de esa conversación
me decían “que al que quiere celeste, que le cueste”
que si la juego de solitaria que me la aguante….
En fin…quiero creer que la impersonalidad
y tal vez la mala costumbre de no saber callarme
me hicieron recibir con tristeza comentarios
de personas que no conocen nada de mí,
una inmigrante económica más entre miles
que en su momento, adolescente, no eligió mucho.
En ese momento, aunque a mi familia le costara
no había celeste, sino más bien un horizonte negro.

Pasan los años y uno va asumiendo que ese camino
muchas veces nos conduce bajo una especie
de inercia propia, otras, nos vemos
más conscientes de estar “eligiéndolo”.
No me arrepiento, pero siempre insisto
en que saber de dónde vengo
me permite comprender quien soy
y seguir andando.
Jamás me planteé si el camino era
“más fácil” para los de una orilla o los de la otra
entonces no voy a entrar en esa discusión
que me parece absurda en un contexto
en el que ningún país es intocable
porque todos giramos en el círculo voraz del mercado
que manda y no pregunta…

No obstante, llevaba días pensando en este artículo.
porque pensando en la ciudad
me volvía a la cabeza la eterna pregunta de dónde
estará el “lugar definitivo” ¿existirá?
cada vez me convenzo más de que no
y un vez más la “discusión” me parece absurda.

Me queda la pena de saber
que esta reacción no es la primera
en el plano económico, tampoco en otros ámbitos
relacionados con la “pertenencia” a un LUGAR,
voto, derechos, opciones, cambios…

Con su permiso, no voy a pedir permiso
para seguir sintiéndome libre de
cambiar de sitio en el mundo
sola o acompañada,
(con celeste, porque como a todos, me cuesta,
y el dónde hoy, suele ser siempre circunstancial)
y para mantener mi “lugar” en el mundo,
al que pertenezco y al que viajo
en la tardes frías de invierno
cuando sentada frente a esta pantalla
con solo cerrar los ojos
o sentir un aroma familiar
viajo sin permiso y sin pasaporte,
esperando que el trabajo diario
me permita volver a mi pedacito de mapa,
a mi ciudad, a mi lugar…
Y no pienso pedir permiso
ni me voy a sentir culpable.

A mi Montevideo, al de todos,
a cada ciudad donde en estas fechas,
miles de millones de hombres viajeros intentamos volver,
llevados por el rumor, el olor,
el rostro aquel que nos da la entereza
para seguir labrando el caminito
donde sea
para siempre poder volver…
y para darse cuenta con el tiempo
que se extrañan ciudades, acentos y personas
sin elegir de qué lado, sin preguntas banales,
sin más gestos que la sonrisa
llena de lágrimas
que se dibuja en los labios en cada reencuentro.

“buscando el lado amable del mapa más ajeno
la plaza impronunciable, el árbol extranjero”…

Feliz 2011, un año más para seguir haciendo camino,
¿Dónde? Qué importa, tengo siempre donde volver,
donde reconocerme.
Mientras, elijo, vivo, aprendo, comparto
mi "extrañeza" con los que para mí
son los "extraños".

La murga, poesía inteligente
su claridad, su concisión
y esta “Civilización” de la Catalina
se hace muchas preguntas muy pertinentes al respecto…

lunes, 11 de octubre de 2010

Maldición de la Malinche



Según cuenta la leyenda, Malinche
le transmitió a Hernán Cortés,
de quien era intérprete,
todos los secretos de su civilización
facilitando la conquista.

2010 y los legítimos dueños
del suelo que pisamos
siguen reclamando lo que es suyo.

Poco pero avanzamos,
en el acceso al poder,
en las reformas constitucionales,
en el reconocimiento de los derechos
pero nos falta
que todos los pueblos de América Latina
tengan igualdad de acceso a ellos
porque se los negamos una y otra vez.

Para que por fin aprendamos
que la receta no está en quejarse
sino en trabajar juntos:
- rechazando golpes de estado
- generando comercio interregional
- aprendiendo la lengua de los que
habitan nuestra tierra
- dándonos prioridad a nosotros
y a nuestros vecinos...
Parece imposible, pero a la vista los resultados,
América Latina puede despertar y andar sola.

No sé si celebro algo,
solo aprovecho la ocasión
para recordar que pocos tienen la suerte
de vivir hoy nuestra riqueza.
Nada más nuestro que nuestro propio ser
criollo, mestizo, mulato, zambo.

Quiero a los mapuches en su tierra
y no a la multinacional de turno;
quiero que las personas de etnia negra en Uruguay
tengan el mismo acceso que yo a la educación;
quiero que si un latinoamericano va
a trabajar a un país hermano no sea discriminado;
quiero que no miremos al costado
cuando nos recuerdan que las mujeres
latinoamericanas padecen mayor desigualdad
que sus pares en África respecto a los hombres.


¡Qué viva América Latina!
y el presente que tenemos para
cambiar el futuro sin olvidar el pasado,
para que lo hagamos nuestro de una vez.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

por el camino del viento...

Si, soy una ilusa, sigo esperando que
la libertad para el flujo de personas
sea la misma que la que tienen los capitales.

También agradezco
haber tenido la posibilidad,
hace ya 8 años, de hacer la valija
y empezar de nuevo en otro lugar.
Agradezco porque tenía la libertad
y el Derecho de moverme.

Siempre decimos que
la historia de la humanidad
puede verse a través del flujo de personas.
La de estos tiempos podría ser la de las fronteras
llena de barreras al flujo
en forma de muro, de valla,
de naufragio, de desierto,
de vidas que se apagan porque
tienen derecho pero no
el Derecho de moverse,de buscar una vida mejor
mientras otras barreras caen y
lo que hay fuera está siempre lleno de brillo,
pero su precio es alto ¿lo vale?.

Gracias a mis tierras de acogida y a su gente.

Gracias al Paisito por recibirme y resumir eso que soy
y que me permite saber a dónde voy
y aprovecho para recordarle que la diáspora
no por su estar pierde su ser y
le reclamo que nos deje tener voz y voto.

Por todos los que a diario
deciden simplemente moverse,
cambiar su lugar de residencia en este mundo,
por los que se quedan (porque los extraño)
y en recuerdo de los que se quedan en el camino
intentándolo...
migrantes

domingo, 8 de agosto de 2010

¿A qué se parece?

Cada vez que me dicen:
¡cóntame algo de tu país,
no me lo imagino, poco sé de él!

Yo cuento lo que mis retinas guardan,
claro, una selección siempre un tanto "selectiva"
(valga la redundancia)
y en la que los sentimientos y
una escolarización entera
en valores republicanos y nacionalistas
hizo un excelente trabajo,
es justamente ahí cuando me doy cuenta de ello.
Pero al final siempre les digo la frase
aquella de la murga que un día aprendí:
"el sitio donde siempre se está por llegar"
pero añado,
de a poco, pero llegamos,
vas a ver que llegamos...
y sonrío para mí misma.

Cuando vuelvo a casa, trabajando,
soy consciente de hacer el esfuerzo
de no dejar un lado de la historia
y me pregunto otra vez
¿y si otro contara qué somos?
¿cómo nos vería? ¿qué sacaría? ¿qué añadiría?

Bueno, no sé la imagen de qué espejo
ni con qué grado de deformación,
pero este reportaje
habla del pequeño país
entre dos colosos
y vi que se parecía mucho al mío...


Gracias a mi amiga Gloria por la fuente,
me gustaría saber, si ambas,
mi versión y ésta se parecen...

lunes, 2 de agosto de 2010

Mi casa, la hice yo misma



La vivienda sigue siendo en muchos países
un auténtico privilegio.
En Uruguay funciona desde hace años
el sistema de construcción de viviendas
de AYUDA MUTUA.
Los futuros propietarios de esas viviendas
se ayudan y construyen ellos mismos, su hogar.

El plan que vemos se desarrolló en el
Departamento de Maldonado, al este del país.
Este video,
es un reconocimiento a esas madres de familia
que sin dejar ni una de sus actividades diarias,
trabajan duro para tener su casa
convencidas de que vale la pena el esfuerzo.

Su valor dignifica aún más el resultado
Se puede chicas, ustedes son un ejemplo ¡felicidades!

des-IGUAL-es ¿Hasta cuando?

Cortometraje PNUD version nueva from idhalc on Vimeo.



La desigualdad se transmite de padres a hijos.
América Latina y el Caribe
es la región con mayor desigualdad del mundo,
una situación que ha persistido en el tiempo
y se da en un contexto de baja movilidad social.

Soy mujer y latinoamericana,
lamentablemente no nacemos iguales
y aspiro a que podamos en la marcha
conquistar para todas
las mismas posibilidades, los mismos derechos.

La recomendación del PNUD indica
la necesidad de "politicas locales"
es decir, empezar por casa,
trabajando con ellas.
Todavía nos falta...